La escarificación va en aumento y sigue la curva de la toma de drogas psicotrópicas.
Es uno de los varios efectos secundarios de las drogas legales e ilegales.
Si una persona se escarifica, hay que averiguar imperativamente cuales son las drogas legales o ilegales que consume. Efecto, si se tiene la mala idea de prescribirle una medicina psicotrópica, cuando esa escarificación es el resultado de una toxicomanía o de un efecto nefasto después de la toma de una droga psicotrópica legal, es probable que se produzca una tentativa de suicidio, o que se instale una grave enfermedad mental.
La mayoría de las drogas permanecen el cuerpo durante años, almacenados en los tejidos grasos.
Durante un esfuerzo o estimulo físico, una caminata, una sesión de deporte, una sensación de miedo, de sorpresa, de excitación, se quema un poco de grasa y pequeñas cantidades de droga son reactivadas en la circulación sanguínea.
La droga no es una enfermedad. Dejar de consumirla es la mejor manera de salirse de la droga. .
Los heroinómanos que han logrado dejarla reconocen que la abstinencia total es la única vía posible. Ellos mismos afirman que es más difícil dejar el Subutex (droga de sustitución) que la heroína…
Si, el alcohol es una sroga sedativa. Una persona que bebe regularmente una fuerte dosis de alcohol se vuelve alcoholica al cabo de unos años. El alcohol tiene la particularidad de potenciar los efectos de todas las demás drogas. Una persona que toma alcohol junto con una o varias drogas se vuelve rápidamente toxicómana.
Ningún padre le prestaría su coche al hijo que no haya aprendido a conducir. De la misma manera, sería inconsciente dejar salir a un hijo adolescente sin haberle enseñado lo que es la droga. Hoy en día, la disponibilidad de las sustancias es tal se puede conseguir droga en todos los sitios frecuentados por los jóvenes (institutos, fiestas, cenas de clase, rallyes, clubs deportivos…). Los padres deben formarse objetiva y científicamente para poder educar a sus hijos sobre los peligros de la droga y brindarles argumentos para rechazarlas. No olvidemos que nadie está a salvo de la toxicomanía.