Imprimir

Hace dos años descubrí que varios de mis compañeros (no todos compañeros de clase) consumían droga: fumaban porros.

Nos damos cuenta que toman droga por sus comportamientos (agresivos y excitados) y del color de la piel de sus caras (parece que estuvieran enfermos). Les pregunté por qué se drogaban y lo que la droga les brindaba. Me contestaron que se sentían bien después de haber tomado droga, bien consigo mismos, que todo flotaba alrededor de ellos, que parecían decir tonterías pero que eso no les molestaba, que veían y oían cosas, que eso era “cool” y “guay”.

No me dan ganas de probar porque ellos no parecen tan cool y guay como pretenden: Mis compañeros tienen mucha dificultad para prestar atención en clase, para aprender, están muy excitados y son violentos. Me da la sensación que se encierran poco a poco en ellos mismos. Cuando los veo en ese estado, me asquea y me choca. No entiendo lo que buscan, simplemente veo que se están destruyendo.

Aurélien, 3° de ESO