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En Francia, el 50% de los jóvenes entre 15 y 19 años consumen regularmente drogas psicotrópicas (cannabis, poppers, tranquilizantes, anfetaminas, antidepresivos, benzodiacepinas, cocaína…) ¡Este consumo es el más elevado de Europa y tenemos la taza de suicidio la más elevada del mundo entre los jóvenes de 14  24 años! Podemos afirmar que es una verdadera estafa, a la que participan, con más o menos connivencia, profesionales de la salud y muchos padres. Nuestros hijos andan mal porque se drogan, hay quien nos quiere hacer creer que se drogan porque andan mal.

 

Si han empezado a consumir droga es porque se les ha mentido haciéndoles creer que podían o deberían consumir para ser felices. Quítenles la droga y verá que irán mejor. Hay momentos más difíciles que otros y es normal tener problemas que resolver en el transcurso de la vida. Superar dificultades a través de la voluntad permite crecer y conquistar la autoestima. Lo que hace el éxito es la fuerza de voluntad y la tenacidad. No hay éxito sin esfuerzo. No hay éxito sin amor. Las drogas psicotrópicas, legales o ilegales, conducen a la depresión y al suicidio, provocan el derrumbe de las defensas inmunitarias, destruyen la conciencia del bien y del mal, suprimen los reflejos, la atención y la memoria. ¿Qué padres se atreverían a dar tales venenos a sus hijos? ¡Existen millones!
Cuando se ha hecho alusión a la epidemia de depresiones y de suicidio, al recrudecimiento de las enfermedades, de las olas de criminalidad y violencias, del aumento de los accidentes de tráfico, de la subida del analfabetismo, ha sido en general a escala nacional, a causa efectos de las drogas psicotrópicas sobre el cuerpo y la mente.
Estar triste por la muerte de un ser querido, estar decepcionado o enfadado por haber suspendido un examen, tener dificultades para encontrar el sueño, preocuparse por estar desempleado durante un tiempo largo, son hoy en día motivos por los cuales se prescriben drogas psicotrópicas.  
Estas prescripciones han alcanzado proporciones increíbles en Francia, cuando ninguna droga psiquiátrica puede sanar de modo alguno estos males, y que posee propiedades destructoras y efectos secundarios aterradores. Estas drogas se prescriben en toda legalidad y si su hijo muere a causa de eso, o se suicida, eso será considerado un paso al acto, sin revelar que la droga lo ha conducido a cometer un acto tal. Cólera, miedo, tristeza, duelos, rehabilitación de los toxicómanos, tabaquismo, fatiga, convalecencia, mala alimentación, todo sirve para estas píldoras milagrosas, siempre las mismas desde la cuna hasta el hospicio. Increíble, veo jóvenes que toman la misma droga, la misma molécula, prescrita por el médico, o el psiquiatra para problemas de piel, fatiga, duelo, mala escolaridad, para superdotados, consumidores de drogas ilegales, problemas de desinterés, impaciencia, anorexia… En efecto, nos llaman a todos pacientes “tratados”. Respecto a esta avalancha de patologías mentales, un artículo del Washington Post comenta: "En psiquiatría, todo el arte consiste en encontrar nuevos trastornos para los medicamentos existentes".
¿Inquieta? Lo estoy cuando veo a todos esos chicos franceses puestos desde hace años bajo esa famosa píldora del la obediencia, con consecuencias desastrosas para la salud, me refiero a la Ritalina, una anfetamina potente. ¿A quién está destinada? Lea más abajo la descripción del famoso trastorno del déficit de atención o hiperactividad que ha permitido que mâs de 7 millones de niños estadounidenses de 6 a 7 años de edad sean puestos bajo esta terrible anfetamina con el acuerdo de los padres. ¿Y cuántos niños de otros países?
Si su hijo cumple con al menos 8 de estos criterios, desde hace más de seis meses, será considerado hiperactivo.
Se menea con sus pies y manos, o se retuerce en su silla. Tiene dificultades para quedarse sentado. Se deja distraer con facilidad por estímulos externos. Tiene dificultades para esperar su turno en los juegos o en grupo. Responde a las preguntas antes de que hayamos terminado de formularlas. Tiene dificultades para seguir las instrucciones que se le dan. Tiene dificultades para sostener la atención. A menudo pasa de una actividad a otra sin haber terminado a la anterior. Tiene dificultades para jugar tranquilamente. A menudo habla excesivamente. A menudo interrumpe a los demás. No parece escuchar lo que se le dice. A menudo olvida sus pertenencias. A menudo se embarca en actividades peligrosas sin medir las consecuencias.
Según esta descripción, cada uno de mis hijos hubiera podido ser diagnosticado como hiperactivo. Este “trastorno” ha permitido que psiquiatras, acusados en USA, pongan a una cantidad cada vez más elevada de niños bajo los efectos de esta droga aterradora y bajo antidepresivos. Debemos mantenernos alerta y proteger a nuestros hijos, tenemos el deber de enseñarles, desde muy jóvenes, a rechazar la droga en todas sus formas. Infancia sin Droga cuenta con su responsabilidad y su amor para que nadie nunca le dé droga a su hijo.
Existen muchas soluciones para mejorar un cambio quizás difícil y muchas veces transitorio: Debemos mantenernos firmes en nuestra educación y pensar en las medicinas naturales.
Marie-Christine d'Welles