Infancia Sin Droga aconseja leer a los alumnos de instituto el libro ¿Qué es la droga? (C’est quoi la drogue?) de Marie-Christine d'Welles, Editorial Jean-Cyrille Godefroy (septiembre 2013)
Este libro es una estupenda herramienta pedagógica, accesible a todos.
Para los que trabajan en la difusión de una información objetiva y científica, permite encontrar datos, argumentos e informaciones esenciales sobre la droga. Para todos los padres y adolescentes abstinentes o consumidores, transmite conocimientos fiables y científicos.
Este texto es el mejor soporte actual para hablar del tema en el seno de la familia.
Padres, léanlo, dénselo a leer a sus hijos adolescentes y háganles preguntas.
Ejemplo: ¿De qué lado quieres estar?
Estudie con ellos las informaciones del menú “Drogas y sustancias psicotrópicas”
El porro es cannabis, hierba, consumido puro, o hachís mezclado con tabaco. Cuando hablamos de alcohol, nos referimos a un término genérico que cubre una gran diversidad de productos: El vino, la cidra, la cerveza, el porto, el coñac, el whisky, el vodka son alcoholes con una tasa que varia entre 5 y 90 grados. Ocurre lo mismo con el cannabis: Existen más de 100 variedades distintas y la tasa de T.H.C (principio activo) varía entre un 4 y un 35%.
La mayoría de las drogas permanecen el cuerpo durante años, almacenados en los tejidos grasos.
Durante un esfuerzo o estimulo físico, una caminata, una sesión de deporte, una sensación de miedo, de sorpresa, de excitación, se quema un poco de grasa y pequeñas cantidades de droga son reactivadas en la circulación sanguínea.
Todo tipo de droga psicotrópica, ya sea legal o ilegal (ansiolíticos, tranquilizantes, benzodiacepinas, neurolépticos) o ilegal (drogas de la calle) conducen al malestar, a la depresión y al suicidio. Más información.
Una persona toxicómana es aquella que toma droga para solucionar los problemas generados por la misma. La persona cree que puede dejar de consumir droga cuando quiere, mientras que es incapaz de hacerlo, a pesar de las consecuencias causadas por su consumo… Si le falta el producto, la persona toxicómana solo piensa en conseguirlo, por más que tenga que cometer actos que no aprueba, la necesidad es tan fuerte que toda referencia a la voluntad, al esfuerzo, al amor, la moral tiende a desaparecer y desaparece. La mentira, la violencia, la agresividad, el sufrimiento moral y físico, la auto-mutilación, el miedo se vuelven elementos cotidianos. Al perder la autoestima por culpa de los actos nefastos que comete, a la persona toxicómana solo queda la soledad y las ganas de suicidarse.