Es el fenómeno de la reactivación. Cuando se consume cannabis, el THC pasa en la circulación sanguínea. Es lo que proporciona los efectos deseados por el consumidor. Ese THC será luego almacenado en las grases del organismo y reactivado en caso de estrés o de miedo. Muchos accidentes de tráfico ocurren por estos motivos.
Durante una situación de riesgo en la ruta, el consumidor cuyos reflejos ya están disminuidos por su consumo, inclusive lejano, su orientación espacio-temporal está modificada. Es capaz de evitar el accidente pero se habrá asustado. Por tanto, tendrá lugar un fenómeno de reactivación del THC almacenado en las grasas. Se puede apostar que en el cruce siguiente, sin causa real, se pueda producir el accidente.
No podemos saber lo que que todavía está almacenado en las grasas. Todo depende de la fisiología de la persona, del producto consumido, de las reactivaciones que ya han tenido lugar.
Ningún padre le prestaría su coche al hijo que no haya aprendido a conducir. De la misma manera, sería inconsciente dejar salir a un hijo adolescente sin haberle enseñado lo que es la droga. Hoy en día, la disponibilidad de las sustancias es tal se puede conseguir droga en todos los sitios frecuentados por los jóvenes (institutos, fiestas, cenas de clase, rallyes, clubs deportivos…). Los padres deben formarse objetiva y científicamente para poder educar a sus hijos sobre los peligros de la droga y brindarles argumentos para rechazarlas. No olvidemos que nadie está a salvo de la toxicomanía.
Los médicos generalistas son los primero testigos de la toxicomanía. Para más información cliquear aquí.
Una persona toxicómana es aquella que toma droga para solucionar los problemas generados por la misma. La persona cree que puede dejar de consumir droga cuando quiere, mientras que es incapaz de hacerlo, a pesar de las consecuencias causadas por su consumo… Si le falta el producto, la persona toxicómana solo piensa en conseguirlo, por más que tenga que cometer actos que no aprueba, la necesidad es tan fuerte que toda referencia a la voluntad, al esfuerzo, al amor, la moral tiende a desaparecer y desaparece. La mentira, la violencia, la agresividad, el sufrimiento moral y físico, la auto-mutilación, el miedo se vuelven elementos cotidianos. Al perder la autoestima por culpa de los actos nefastos que comete, a la persona toxicómana solo queda la soledad y las ganas de suicidarse.
El AIRE SECO O COMPRIMIDO: El oxido de nitrógeno y otros gases bajo presión también tienen efectos alucinógenos. En pocos segundos producen una excitación, aturdimiento, una risa tonta, perdidas del conocimiento y por, falta de oxigeno, lesiones en el sistema nervioso central. Más información
El POPPERS: Les nitritos volátiles tienen efectos similares a los del oxido nitroso. Pueden provocar ataques de pánico, palpitaciones y dolores de cabeza. También son responsables de la muerte por anorexia. Más información
El AGUA ESCARLATA: Los disolventes son derivados del etileno. Son alucinógenos pero su efecto es más bien tranquilizante. Provocan afecciones neurológicas (sordera, temblores…) e intelectuales (demencia).