Se trata de un nuevo fenómeno. Los jóvenes consumen cada vez más alcohol para aumentar los efectos de las drogas. Se dice que el alcohol es un potenciador.
Ya que el alcohol es legal y aceptado por los padres, los jóvenes muestran fácilmente las botellas y esconden su consumo simultáneo de droga. Así es como la mayoría de los padres piensan que los jóvenes consumen mucho alcohol. Es cierto, pero ignoran que en casi todos los casos, los jóvenes consumen alcohol y cannabis, o alcohol junto con otra droga.
El Dr Chamayou, autor de una tesis («Los peligros del hachís: Los últimos descubrimientos científicos sobre el cannabis » cf. nuestra sección Referencias), constata: “La rata a la cual se le da de probar cannabis se pone a beber alcohol. Sin cannabis, no bebe.”
El cannabis se permanece en las grases más de 28 días, y propicia un fuerte consumo de alcohol.
La mayoría de las drogas permanecen el cuerpo durante años, almacenados en los tejidos grasos.
Durante un esfuerzo o estimulo físico, una caminata, una sesión de deporte, una sensación de miedo, de sorpresa, de excitación, se quema un poco de grasa y pequeñas cantidades de droga son reactivadas en la circulación sanguínea.
Los médicos generalistas son los primero testigos de la toxicomanía. Para más información cliquear aquí.
Todo tipo de droga psicotrópica, ya sea legal o ilegal (ansiolíticos, tranquilizantes, benzodiacepinas, neurolépticos) o ilegal (drogas de la calle) conducen al malestar, a la depresión y al suicidio. Más información.
El porro es cannabis, hierba, consumido puro, o hachís mezclado con tabaco. Cuando hablamos de alcohol, nos referimos a un término genérico que cubre una gran diversidad de productos: El vino, la cidra, la cerveza, el porto, el coñac, el whisky, el vodka son alcoholes con una tasa que varia entre 5 y 90 grados. Ocurre lo mismo con el cannabis: Existen más de 100 variedades distintas y la tasa de T.H.C (principio activo) varía entre un 4 y un 35%.