La escarificación va en aumento y sigue la curva de la toma de drogas psicotrópicas.
Es uno de los varios efectos secundarios de las drogas legales e ilegales.
Si una persona se escarifica, hay que averiguar imperativamente cuales son las drogas legales o ilegales que consume. Efecto, si se tiene la mala idea de prescribirle una medicina psicotrópica, cuando esa escarificación es el resultado de una toxicomanía o de un efecto nefasto después de la toma de una droga psicotrópica legal, es probable que se produzca una tentativa de suicidio, o que se instale una grave enfermedad mental.
El porro es cannabis, hierba, consumido puro, o hachís mezclado con tabaco. Cuando hablamos de alcohol, nos referimos a un término genérico que cubre una gran diversidad de productos: El vino, la cidra, la cerveza, el porto, el coñac, el whisky, el vodka son alcoholes con una tasa que varia entre 5 y 90 grados. Ocurre lo mismo con el cannabis: Existen más de 100 variedades distintas y la tasa de T.H.C (principio activo) varía entre un 4 y un 35%.
En 1968, contenía entre 0,6 y 6% de THC (Tetrahidrocannabinol, principal principio activo). Desde hace varios años, a causa de manipulaciones genéticas, híbridos y cultivos cubiertos, puede contener hasta un 35% de THC. Actualmente, el cannabis consumido por los adolescentes ya no tiene nada que ver con el que los padres han conocido.
Todo tipo de droga psicotrópica, ya sea legal o ilegal (ansiolíticos, tranquilizantes, benzodiacepinas, neurolépticos) o ilegal (drogas de la calle) conducen al malestar, a la depresión y al suicidio. Más información.
Ningún padre le prestaría su coche al hijo que no haya aprendido a conducir. De la misma manera, sería inconsciente dejar salir a un hijo adolescente sin haberle enseñado lo que es la droga. Hoy en día, la disponibilidad de las sustancias es tal se puede conseguir droga en todos los sitios frecuentados por los jóvenes (institutos, fiestas, cenas de clase, rallyes, clubs deportivos…). Los padres deben formarse objetiva y científicamente para poder educar a sus hijos sobre los peligros de la droga y brindarles argumentos para rechazarlas. No olvidemos que nadie está a salvo de la toxicomanía.